De acuerdo a la opinión de Jimena Ortiz, el presente año fue testigo de una prueba importante para los sistemas democráticos en el mundo con efectos significativos en la economía global que no deben desestimarse. Por encima de cuatro mil millones de personas en más de 50 países (casi la mitad de la población mundial) votaron en elecciones de carácter nacional, cuyos resultados probablemente darán nuevas formas a las relaciones internacionales en los años por venir.
Las tensiones entre Estados Unidos y China afectaron la economía mundial en 2023, extendiendo las repercusiones de la guerra en Ucrania. Golpes de Estado en Níger y Gabón contribuyeron al retroceso democrático global, mientras que el conflicto entre Hamás e Israel ha dejado miles de muertos. Para países sancionados como Irán, la adhesión a los BRICS ofrece opciones diplomáticas, atrayendo a otras naciones en las mismas circunstancias que Teherán.
En cuanto a México, en el marco del Proceso Electoral 2023-2024, el país enfrentó el desafío de llevar a cabo el sufragio más extenso de su historia, abarcando desde la elección presidencial hasta la votación de gobernadores en nueve estados, así como diversos cargos a nivel local.
Un aspecto alentador es el papel de México como principal exportador a Estados Unidos, superando a China en importancia. Este cambio podría fortalecer la economía mexicana. Además, se destaca el notorio aumento en la inversión fija, especialmente en construcción no residencial, indicando un impulso en la capacidad productiva con un crecimiento anual del 23.5% en septiembre de 2023, como bien señala Eugenio Gómez. Las expectativas económicas para 2024, evaluadas por expertos encuestados por el Banco de México (Banxico), apuntan a un modesto crecimiento del 2.29%. La inflación, un factor clave en las decisiones de política económica, se mantiene por encima de la meta de Banxico, con previsiones de cerrar el año en un 4.02%, apenas una ligera disminución respecto al 4.46% registrado en diciembre.
Sin embargo, la historia ha demostrado que México ha desaprovechado oportunidades cruciales en el pasado. Las elecciones presidenciales, marcadas por la posibilidad de volatilidad e incertidumbre, plantearon el reto de elegir un o una líder capaz de superar obstáculos como la infraestructura deficiente, la inseguridad y la falta de un pleno Estado de derecho. Aunque se vislumbra un potencial crecimiento económico superior al 3% en 2024, es fundamental que la ganadora de las elecciones promueva un entorno favorable.
Fuente de consulta
Ortiz, J. (14 de enero de 2024). Los procesos electorales del 2024: su impacto en la economía global y nacional. El Economista. https://www.eleconomista.com.mx/opinion/Los-procesos-electorales-del-2024-su-impacto-en-la-economia-global-y-nacional-20240114-0040.html